Sucede algo curioso con Berlín, si extiendes la palma de la mano al frente notarás su pulso. Y tener los latidos de una ciudad en la yema de los dedos es emocionante. Sucede poco, cada vez menos, en las grandes capitales europeas. Pero visitar Berlín aún sobrecoge, porque en esencia, Berlín no es una ciudad, es algo más, es toda una expresión, un estilo de vida.
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Panorámica sobre Berlín |
A la cosmopolita y callejera Berlín sólo se le puede tomar el pulso si uno se lanza a recorrerla, al modo del infinito travelling que rodara en 1927 Walther Ruttmann, en su conocida “Berlín, sinfonía de una ciudad”, paso a paso, escena a escena y encuadre a encuadre, sin rechazar su desafío estético, sin trochas ni atajos ¿Te atreves a sentirla? Os aseguramos que no defrauda, aunque quizá, esta afirmación valga poco dicha por dos enamorados confesos de Berlín.
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Skyline de Berlín |
ARQUITECTURA
La cúpula de Foster que corona el Reichstag con modernidad e ingeniería lúdica es toda una declaración de principios que protagoniza el skyline de Berlín desde 1999.
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Cúpula de Foster |
Pocos metros más allá, otra cúpula atrae la atención, es la carpa del Sony Center, cambiante de luz y color según antojo de la tecnología.
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Sony Center de Berlín |
COMIDA
Berlín huele a comida callejera. Los vapores de cocinas de chiringuitos diversos fluyen por muchos lugares diferentes. Comida turca o asiática intentan destronar al clásico berlinés: El currywurst. Resulta extraño que algo tan sencillo como una salchicha con ketchup y curry espolvoreado por encima se convierta en todo un ritual.
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A comer |
GRAFFITIS
Berlín es la meca del arte urbano europeo. No podía ser menos; en un lugar en el que por historia siempre se ha tentado lo clandestino, es normal que la vanguardia expresada en todo tipo de muros aflorara rápidamente.
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Berlín pintada |
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Graffitis de Berlín |
NOSTALGIA
Parece ser que cualquier tiempo pasado fuese mejor; pero no es cierto. No es así, aunque es una falacia maravillosa, un ideal tierno y romántico. En pocos lugares como Berlín se sabe conjugar la nostalgia por otro tiempo, aunque sea aquel acerado del muro de la vergüenza.
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Reloj universal |
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Los trabi comunistas ya no lo son |
EL CIELO
El cielo sobre Berlín es tan peculiar que Win Wenders lo tomó prestado para el título de su película, un canto a la Humanidad. La luz parece romperse en millones de partículas, sedosas como las medias de una mujer. Siempre hay una luz especial en Berlín, haga el tiempo que haga, llueva o esté nublado o, sorprendente, sea azul primaveral, siempre hay una calidez como de grano y de blanco y negro.